Prepárate a conocer a los famosos más insoportables del cine: los actores y actrices con los que nadie quiere trabajar. A uno quisieron matarle los figurantes de la película que estaba rodando, otra exige que limpien sus camerinos de rodillas, y los hay que insultan, humillan, agreden o hasta queman con cigarrillos a los que tengan la mala suerte de rodar a su lado. Hollywood es la fábrica de sueños, pero estas estrellas los convierten en pesadillas. Son los 7 magníficos… ¡de incordiar al personal!

1 / Shia LaBeouf, mordiendo la mano que le dio de comer

A Shia LaBeouf le pusieron una alfombra roja para alcanzar el estrellato. Y no se la puso cualquiera, sino el mismísimo Steven Spielberg, que lo «recomendó» como protagonista de «Transformers» (saga producida por el propio Spielberg) y después lo escogió para encarnar al hijo de Indiana Jones en la cuarta película del famoso arqueólogo. ¿Y qué hizo Shia para darle las gracias? Poco menos que escupirle en la cara.

Shia LaBeouf antes de estar entre los famosos más insoportables de Hollywood.
Shia LaBeouf con George Lucas, Steven Spielberg y Harrison Ford. Cuando Shia era alguien.

En plena promoción de «Transformers 2», Shia LaBeouf vino a decir que no estaba muy satisfecho con esa película, porque se había rodado de prisa y corriendo, sin un guión «trabajado». Y otro tanto dejó caer sobre «Indiana Jones 4», en comparación a las tres anteriores. Podríamos aplaudir su sinceridad (porque razón no le falta), pero despotricar contra tu «padrino» (sobre todo si tu padrino es el hombre más poderoso de Hollywood) no parece la manera más inteligente de afianzar tu carrera. ¡Y ese fue sólo el comienzo!

Shia LaBeouf pidiendo la hora.
Shia LaBeouf: ya es hora de que te comportes.

En «Corazones de hierro», Shia LaBeouf se empeñó en pelear a puñetazos (de verdad) contra sus compañeros, porque éso es lo que habría hecho su personaje. Por la misma razón se negó a ducharse en todo el rodaje (ignorando quizá que el Odorama ya no se estila). Pronto YouTube se llenó de vídeos del actor hostigando a gente en plena calle, por las más diversas razones (o sin ellas). La cantante Sia tuvo una relación con él, y confirmó que, efectivamente, no hay quien le aguante. ¡Y ojo a lo que hizo en el Festival de Berlín!

Shia LaBeouf con una bolsa en la cabeza.
Shia LaBeouf: el hombre del saco (de papel).

Al presentar en Berlín una de sus películas, Shia LaBeouf se paseó ante las cámaras con una bolsa de papel en la cabeza, en la que él mismo había escrito: «Ya no soy famoso». Pero lo sigues siendo, Shia, tanto como para estar entre los famosos más insoportables de esta lista. Más que un actor, es un tren descarrilado: al despreciar a Spielberg se salió de la vía, y desde entonces sigue arrasando con todo como una locomotora desbocada. Por favor, que alguien la pare.

2 / Christian Bale: ya te Bale, Christian

Christian Bale es un (excelente) actor del método, de los que adelgazan 20 kilos para un papel («El maquinista») o engordan 20 para otro («Vice») o logran un aspecto físico deplorable («La gran estafa americana») o se ponen «cachas» como pocos («El caballero oscuro», «American Psycho»). Pero a veces se mete tanto en sus papeles que, como un Patrick Bateman cualquiera, acaba dando auténtico terror… o siendo sencillamente insoportable.

Ojo a lo que sucedió en el rodaje de «Terminator: Salvation». Mientras se filmaba una toma, el director de fotografía Shane Hurlbut pasó tras las cámaras mientras iba revisando la iluminación del plató. Su fugaz movimiento descentró, por lo visto, a Christian Bale, haciéndole perder la conversación. Y lo que se desató entonces fue una bronca comparable a la del primer T-800 entrando en una comisaría, con Bale gritando e insultando al pobre Hurlbut… ante el pasmo del resto del equipo (y el silencio cobarde del director). Pero mejor que leerlo es escucharlo: alguien grabó el audio del momento y lo colgó en redes. Aquí está:

El audio de Christian Bale contra su compañero, contra su película… y contra sí mismo.

Quizá haya quien piense que Christian Bale estaba haciendo un ejercicio de profesionalismo, defendiendo la calidad de su trabajo frente a la incompetencia «amateur» de otros. Pero quizá deberíamos tener en cuenta que, A) no estaba interpretando «Othello» sino «Terminator», así que a lo mejor no hacía falta sacrificar la dignidad de nadie por el papel, y B) el director de fotografía también trataba de hacer su trabajo, sin olvidar que C) hay muchas formas de comunicar lo que a uno le molesta.

Pero, ¿basta con una única bronca para estar entre los famosos más insoportables? Tras estrenar en Londres «El caballero oscuro», Christian Bale fue investigado por pegar a su madre y a su hermana (con la que no se habla) en plena calle. Ya te Bale, Christian.

3 / Jennifer Lopez: no more Jenny from the block

Desde sus primeros éxitos como cantante, JLo ha presumido de seguir siendo «una chica del barrio». Lo que no casa muy bien con su famosísimas exigencias de estrella: si va a un hotel, exige que pinten toda la habitación de blanco reluciente porque los demás colores le molestan. Las camas deben tener sábanas de seda de 250 hilos como mínimo (¿los cuentas, Jennifer?). Sólo acepta que la lleven de un sitio a otro con limusinas de 6 metros de longitud. Y en los platós, ningún técnico puede dirigirle la palabra. Querida Jennifer: todo ésto no parece muy from the block.

Jennifer Lopez, antes muerta que sencilla.
Jennifer Lopez: antes muerta que sencilla

En esa misma línea, ojo a lo que hizo Jennifer Lopez en el rodaje de «Qué esperar cuando estás esperando». Tras un desencuentro con el director de la película, Kirk Jones, Jennifer se negó a volver a hablar con él. ¡Y eso que era el director! Para comunicarse con ella, él debía hablar primero con la agente de la actriz, y ella le pasaba después el recado. Infantil, sí, pero lo bastante molesto para ralentizar el rodaje, alargar la jornada de trabajo y fastidiar a todos los compañeros (aunque igual la pobre Jenny no se enteró… porque esos compañeros tampoco podían hablarle).

¿Hay más? Hay más, mucho más. Demostrando a la vez inmodestia y mala educación, Jennifer Lopez se ha permitido criticar el trabajo de sus compañeros. De Cameron Diaz dijo que «es una modelo como tantas otras que no ha sabido aprovechar sus oportunidades», a Madonna la acusó de graves limitaciones artísticas, cargó también contra Gwyneth Paltrow y Salma Hayek

Las rajadas, aún siendo maleducadas, podrían entenderse (quizá) si vinieran de Meryl Streep, o de Bette Davis, o de alguna intérprete de categoría superior, excelsa, por encima del Bien y del Mal. Pero hablamos de Jennifer Lopez. La misma Jennifer que protagonizó «Gigli»… y que, al presentar una película en España, pidió a los organizadores que le pusieran como acompañante al mismísimo Príncipe Felipe.

El Príncipe, por cierto, declinó la oferta (y aquí nos preguntamos qué habría hecho su emérito padre…)

4 / Bruce Willis: ya dijo él mismo lo que es…

…en un diálogo de «El último boy-scout». Charlando con dos villanos de pacotilla, junto a Damon Wayans, uno de los malos (pistola en mano) pregunta a Wayans si es «gilipollas». Y Willis responde: «gilipollas soy yo, éste es tonto». Aparte de aplaudir a Shane Black por diálogos tan estúpidos como divertidos, hay que decir que Bruce Willis lleva años ganándose a pulso el mismo adjetivo que él pronunció.

Rodando «La jungla 4.0», Willis conoció al cineasta independiente Kevin Smith («Clerks»), que tenía un pequeño papel como actor en la cuarta película de John McLane. Quizá por ser ambos de New Jersey, Willis y Smith se cayeron bien enseguida, y pactaron volver a trabajar juntos. Ese momento llegó con «Vaya par de polis», dirigida por Smith y protagonizada por Willis. Pero en aquel rodaje no se cayeron taaaan bien. O traducido al román paladino: Bruce Willis se comportó como un auténtico estúpido.

Bruce Willis y Kevin Smith cuando se caían bien.
Bruce Willis y Kevin Smith, cuando se caían bien.

Todo empezó, por lo visto, porque Kevin Smith animó al reparto a improvisar en varias escenas, para ver si podían sacar algo «fresco» de ello. El coprotagonista, Tracy Morgan, con el culo pelado de hacer «stand-up comedy», empezó a merederse a todos y a provocar la carcajada general de todo el equipo. Willis no.

Bruce Willis y Kevin Smith cuando ya no se caían tan bien.
Bruce Willis y Kevin Smith cuando ya no se caían tan bien.

Muy atrás quedaron los años de comedia de «Luz de Luna», porque en los intentos de improvisación, el actor quedó tieso como un muerto. Automáticamente se desató su antipatía hacia quien, a su juicio, había mancilla su imagen de estrella. Y desde aquel instante, Bruce Willis empezó a hacerle la vida imposible a Kevin Smith. Ignoraba sus órdenes en plató, o hacía justamente lo contrario de lo que le pedía, o directamente lo hacía todo mal para tener que repetir las tomas… y fastidiar a Smith. Y así una vez, y otra vez, y otra vez, y otra vez. Desesperando al director, novato en una producción de gran estudio.

Años más tarde, Kevin Smith llegó a decir que «trabajar con Bruce Willis es aniquilante para el alma». Y en la fiesta de fin de rodaje (a la que Willis no asistió), el brindis de SMith fue el siguiente: «Gracias a todos menos a Bruce Willis, que es gilipollas». Kevin: ya lo dijo el propio Willis en «El último boy-scout», ¡no digas que no estabas avisado!

5 / Klaus Kinski: el hombre al que quisieron matar los figurantes de su propio film

Entramos en el podium de honor de los famosos más insoportables del mundo del cine, donde sólo caben los auténticos campeones en amargar la vida a los demás. Y la medalla de bronce es para el alemán Klaus Kinski: un hombre que compartió pantalla con Clint Eastwood en «La muerte tenía un precio», que rodó para David Lean en «Doctor Zhivago», que trabajó para Billy Wilder en «Aquí, un amigo». Aunque sus mejores papeles los hizo a las órdenes de su compatriota, el director Werner Herzog: «Nosferatu», «Aguirre o la cólera de Dios»… «Fitzcarraldo». Grandes películas en las que Kinski dejó siempre un largo reguero de odios.

La costumbre de Klaus Kinski era presentarse al plató quejándose de la porquería que estaban filmando. Según él, Lean era un inútil y Wilder otro tanto, lo que automáticamente dejaba en el barro a cualquiera con quien estuviera rodando en ese momento. Gritaba, chillaba, se alteraba por nada, despotricaba contra técnicos, contra el reparto, contra Werner Herzog. En palabras de Fernando Colomo, que le dirigió en «El caballero del dragón», Kinski creaba un clima irrespirable en el plató para que todos le miraran A ÉL, porque no ser el centro de la atención era lo que más le dolía en el mundo. Ojalá eso fuera todo.

Klaus Kinski, Miguel Bosé y María Lamor en "El caballero del dragón".
Klaus Kinski, Miguel Bosé y María Lamor en «El caballero del dragón».

Siempre según Colomo, en el mismo plató de «El caballero del dragón» Klaus Kinski trató de violar a la actriz principal de la película, la entonces joven María Lamor (que por cierto, no volvió a trabajar en el cine). En «Aguirre», el actor atacó con una espada real a los figurantes, dejándole a uno de ellos una profunda herida en la cabeza (¡y eso que llevaba casco!). Y en «Fitzcarraldo», rodada en la Amazonia de Perú, Kinski arrasó con la paciencia de todos, pero especialmente con la de los 1.000 figurantes indígenas pertenecientes a la tribu de los Aguaruna. ¿Qué hicieron ellos?

Con toda tranquilidad, y totalmente en serio, los Aguaruna hablaron con Werner Herzog y se ofrecieron a matar a ese diablo blanco de pelo rubio, y a hacer desaparecer el cadáver. Con lo que estaba soportando en la selva, Herzog debió de pensárselo… pero finalmente rechazó la oferta. No por piedad, sino porque aún tenía que filmar muchas escenas con Kinski.

Klaus Kinski haciendo de Klaus Kinski, en el rodaje de «Fitzcarraldo».

Finalmente, Klaus Kinski murió de un ataque al corazón en noviembre de 1991. El diario «EL PAIS» pidió a Fernando Colomo que escribiera una necrológica sobre el actor, ya que habían trabajado juntos. El cineasta madrileño aceptó, a cambio de que le dejaran escribir lo que quisiera. Y lo hizo: en un género literario donde siempre se habla bien del fallecido, Colomo despotricó contra el muerto, recordó cómo les hizo la vida imposible, le llamó «hijo de p***», y remató el artículo diciendo que, a su muerte, éramos los demás los que podíamos descansar en paz.

Y todo ésto, sin entrar en lo que su hija Nastassja podría contar sobre Klaus Kinski. Que es mucho. Pero mucho, mucho, mucho…

6 / Faye Dunaway: cuando hasta Bette Davis te desprecia

Bette Davis tuvo cierta fama de actriz difícil, de fuerte carácter. Pero hasta ella, en una entrevista, acabó diciendo al entrevistador que «la peor persona de Hollywood es Faye Dunaway, y cualquiera que se siente en esta silla te dirá lo mismo». Dentro vídeo:

Bette Davis le explica a Johnny Carson lo que piensa sobre Faye Dunaway.

Faye Dunaway, medalla de plata en este «ranking» de los famosos más insoportables de Hollywood, saltó a la fama protagonizando junto a Warren Beatty «Bonnie & Clyde». Brilló después en «Chinatown» de Polanski, y ganó un (merecidísimo) Oscar de mejor actriz principal por «Network, un mundo implacable». De rodaje en rodaje acumuló aplausos y premios… pero acumuló, sobre todo, enemigos.

Aparentemente empeñada, como Kinski, en ser el centro de la atención, Faye Dunaway retrasaba cada toma de «Bonnie & Clyde» en el último minuto, para que su peluquera entrara en el set y le retocara el cabello. En «Chinatown» lo hizo tantas veces que Polanski empezó a hostigarla en plató, ante todo el mundo; según la leyenda, Dunaway respondió lanzándole a la cara un vaso de orina (recién evacuada por ella misma). Y ya en fechas más recientes, cargó contra todos en los ensayos de una obra de teatro que iba a protagonizar.

Faye Dunaway, joven o vieja, siempre entre los famosos más insoportables de Hollywood.
.Faye Dunaway: joven o vieja, siempre insoportable.

En esos ensayos prohibió al resto de intérpretes que vistieran de blanco, «porque me distrae». Si alguien hablaba en su presencia sin dirigirse a ella, le lanzaba a la cabeza lo primero que tuviese a mano (el guión, las llaves, el móvil, un vaso de café). A las empleadas de la limpieza les ordenó que limpiasen su camerino de rodillas, «porque queda más limpio». En el comedor, si la comida no le gustaba la tiraba al suelo, entre gritos. Y a la peluquera llegó a darle un tortazo, por no peinarla como ella quería.

A una semana del estreno, la actriz fue despedida. La decisión ponía en peligro la obra entera, pero sus responsables decidieron que hasta ese riesgo era mejor que seguir soportando a un ser como Faye Dunaway.

7 / Val Kilmer, medalla de oro de los famosos más insoportables de Hollywood

Visto lo visto, parece imposible superar a Dunaway en una competición de estrellas despreciables. Pero si alguien puede lograrlo y hacerse con la medalla de oro, ése es Val Kilmer: ejemplo paradigmático que actor que desperdicia su talento. Dejó a todos pasmados con su increíble encarnación de Jim Morrison en «The Doors», eclipsó a Tom Cruise en «Top Gun» (añadiendo con cuatro gestos un genial subtexto gay), protagonizó el «Batman» más taquillero hasta entonces («Batman forever»)… y fue, no lo olvidemos, el alumno más joven jamás admitido en la escuela Juilliard de artes escénicas de Nueva York, sin haber cumplido aún los 18 años.

Val Kilmer, uno de los famosos más insoportables de Hollywood, en la ducha de "Top Gun".
Val Kilmer, a la izquierda, en la saun… perdón, en las duchas de «Top Gun».

Pero también ha sido el más tozudo, estridente, maleducado y dañino de los astros del cine. El diretor de «Batman Forever», Joel Schumacher, no dudó en calificarle como «el ser humano más perturbado que he conocido jamás». Cuando se decidió rodar un nuevo film de Batman, también dirigido por Schumacher, ni siquiera se planteó la posibilidad de volver a contratar a Kilmer (pese a su estupendo rendimiento en taquilla). Igual que otros antes que él, Kilmer chillaba, insultaba, humillaba, ignoraba. Y peor aún: llegaba tarde al plató y sin saberse sus líneas (algo que no hacía ni Klaus Kinski, insoportable pero profesional).

Su primera película fue «Top Secret»: parodia del cine bélico de los autores de «Aterriza como puedas», con el mismo humor tonto y paródico de este film. Kilmer llegó al plató preguntando cuáles eran las motivaciones de su personaje. Y eso que interpretaba a un cantante de rock que se cuela en Alemania oriental para luchar con la Resistencia Francesa (?), cuyo líder se llama Café Au Lait (??). De la escena de la vaca hablamos otro día.

El caso es que Val Kilmer ya era «especialito» cuando llegó al plató de «La isla del Dr. Moreau». En principio iba a ser el protagonista, pero se presentó en el rodaje (con dos días de retraso y sin saberse sus frases) exigiendo encarnar a un personaje secundario para tener menos trabajo. En el reparto también estaba Marlon Brando, que siempre llegaba tarde al plató. Y como Kilmer no quería ser menos, decidió llegar siempre más tarde que Brando. Así que, hasta media mañana, el equipo entero se quedaba de brazos cruzados esperando que aparecieran los dos divos. La diferencia es que uno llegaba con el crédito de haber sido Vito Corleone, y el otro no.

Al mismo tiempo, Kilmer actuaba siempre con el empeño lastimero en ganarse la aprobación de Brando, y cuanto más lo intentaba, más le despreciaba el actor de «El padrino». Entre tanta tontería, Brando llegó a decirle a Kilmer: «el problema es que confundes el tamaño de tu cheque con el tamaño de tu ego». Kilmer no debió de tomar nota de la (acertadísima) descripción, y siguió comportándose como un imbécil. Como cuando apagó un cigarrillo en la cara de uno de los cámaras, por el simple placer de hacerlo.

Val Kilmer con Marlon Brando en "La isla del doctor Moreau".
Val Kilmer y Marlon Brando: los dos animales más grandes de «La isla del doctor Moreau».

Y entre tanto, ¿qué hizo el director de la película? O mejor dicho, los directores. El primer director de «La isla del dr. Moreau», el entonces novato Richard Stanley (verdadero artífice del proyecto) fue despedido a las pocas semanas de rodaje, por no ser capaz de poner orden entre Kilmer y Brando. Le sustituyó el veterano John Frankenheimer, curtido en mil batallas («El hombre de Alcatraz», «El mensajero del miedo», «7 días de mayo»). Pero hasta él acabó hasta el gorro de Kilmer, del que dijo que «Es un bastardo sin ética profesional». Y añadió lo siguiente: «Si fuese a rodar una película titulada «La vida de Val Kilmer», no contrataría a ese capullo».

Al actor le perdonaron sus salidas de tono… mientras sus películas funcionaron en taquilla. Pero con los tortazos comerciales de «La isla del dr. Moreau» y de «El Santo», y descabalgado de la saga de Batman, Val Kilmer dejó de compensar a los productores. Desde entonces vive en el ostracismo, con puntuales momentos de brillo como «Kiss Kiss Bang Bang» (donde está divertidísimo) o la secuela de «Top Gun», donde su personaje le permite hacer lo que mejor sabe hacer: el capullo.

Val Kilmer con traqueotomía.
Val Kilmer, el hombre que perdió su voz.

Hace un par de años, al actor le diagnosticaron un cáncer de garganta. Trató de curárselo con remedios naturales, hasta que sus hijos le rogaron que dejase la homepatía para los catarros. Le hicieron una traqueotomía, y con ella ha perdido una de sus grandes cualidades: su voz. Pero seguro que al fallecido John Frankenheimer, allá donde esté, le parece muy bien que ya nadie tenga que escuchar a Val Kilmer.

¿Aún estás alucinando con estos insorportables? Entonces echa un ojo a los 7 peores accidentes en rodajes. Porque siempre es peor ser letal que ser insoportable.

Pero ¿puede haber alguien más insoportable que Al Capone? Aquí tienes la historia real de Al Capone, vinculada al cine. La verdadera causa de su muerte resulta tan asombrosa, que parece de película.

¿O eres fan de «El juego del calamar» y te has quedado con ganas de más? Aquí tienes las 25 mejores series coreanas más allá del «calamar».

Author

Dr. Rumack

Volando de cine en cine desde 1975, aterrizo en "Sesión Doble" con un doble objetivo: hablar de cine, y hablar de televisión. Disfruta con nosotros, opina lo que quieras y critica lo que te parezca: todo es bienvenido. Pero por favor: no me llames Shirley.

Escribir Comentario